Sabemos todos que en los últimos tiempos se ha impuesto la moda de que las clases sociales no existen y de que el eje izquierda-derecha está superado. Como lo afirman personas superpreparadas y se ha extendido este uso a través de las grandes televisiones, no perderemos el tiempo aquí en discutirlo, que somos bastante menos preparados y nos leen cuatro gatos.
Sin embargo, parece ser que los que están en el extremo opuesto a los que trabajamos por un corto y escueto salario, llámese los de arriba, la casta o como quieran, no deben ver mucha TV y no entienden de modas, porque no se han enterado de esto y permanecen empecinados en ese molesto conflicto entre los trabajadores y los empresarios. No quieren ponerse de moda. Serán empresarios hipsters o con gusto por lo vintage.
Observad esta pildorita que nos manda nuestro amigo Rosell, presidente de la Patronal (en neolenguaje, jefazo de la asociación de los de arriba en nuestro país):
Ved que ellos, los de arriba, no se han enterado de que no hay tal conflicto, ni creen que las demandas entre empleados y empresarios sean situaciones puntuales, debidas a circunstancias especiales o malentendidos propios de malos empresarios o trabajadores displicentes. Más bien al contrario, creen que hasta los jueces deberían tener una mayor sensibilidad con los problemas de las empresas contra los trabajadores.
Pero entonces ¿existe ese conflicto entre trabajadores y empresarios o no?
Hace unos días, la alcaldesa de Barcelona pedía a los trabajadores del metro de su ciudad que abandonasen la huelga en la que se encontraban para poder sentarse a negociar con la empresa. Quizás aquellos trabajadores del metro no se habían actualizado y desconocían la nueva moda de los empresarios comprensivos, empáticos con los de abajo.
Seguid mirando a vuestro alrededor. Fijaos en la huelga de limpieza en Málaga. En la capital malagueña los empleados de la empresa de limpieza municipal, Limasa, llevan más de diez días de huelga. El ayuntamiento ha buscado trabajadores externos para retirar la gran cantidad de basura acumulada. Esto es, esquiroles, en el más correcto uso del término, como podemos comprobar en esta imagen de la RAE, en su primera entrada:
Los trabajadores solicitan una serie de reivindicaciones en el escenario de una situación que podéis ver en el bonito gráfico que adjuntamos a continuación. El gerente de la empresa, cuya situación privilegiada no se cuestiona en los medios, cobra además de los 8.000 mensuales otros 15.000 euros en productividad:
Pero por lo que hemos visto estos días en los medios y lo que nos ha llegado a través de las redes sociales, da la sensación de que los trabajadores de Limasa son unos privilegiados que se quejan casi por gusto y que, para colmo, con su mala conducta han perjudicado la imagen de la ciudad. De hecho los hosteleros malagueños (los de arriba, no los que limpian mesas o friegan platos), con el beneplácito de la señora presidenta de la Junta, llegaron a plantear que por culpa de esos trabajadores protestones se estaba perjudicando a toda la ciudad y a las reservas hoteleras para la inminente Semana Santa.
Incluso ha habido manifestaciones de ciudadanos que se oponían, con bastante vehemencia, a que los trabajadores de limpieza pudiesen reivindicar sus derechos mediante la huelga.
No son los únicos casos de enfrentamientos por causas laborales, ni mucho menos. Son muchísimos los casos, Coca-cola, Renfe, Extruperfil en nuestra provincia, etc, etc.
¿En qué planteamiento podemos situar los enfrentamientos entre estas agrupaciones de trabajadores y los empresarios? ¿Sería correcto hablar sólo de choques puntuales entre trabajadores demasiado exigentes y empresarios poco comprensivos?
Si lo planteamos en la situación de la inexistencia de conflictos ni de clases sociales, sino en un mero arriba y abajo y unas relaciones a veces mejores y otras peores y proponemos la solución no de un conflicto sino de una simple cuestión de buena voluntad, ¿quiénes salen ganando? ¿Los de arriba o los de abajo?
¿Y por qué los de arriba siguen empeñados en que hay un problema, pero ese problema sólo existe cuando va en sentido de abajo a arriba pero no a la inversa?
¿Es que nadie recuerda que Arriba y abajo era una bonita serie de televisión?