miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA REPRODUCCIÓN DE LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN

Vimos en una entrada anterior de este blog  cómo es el proceso de trabajo y las relaciones sociales de producción. Comprobamos que, en los sistemas en que los medios de producción están en manos de unos pocos, los dueños de estos medios se apoderan del trabajo ajeno y explotan a los trabajadores, de modo son ellos quienes fijan las normas de esas relaciones.



Nos preguntamos ahora, curiosos y críticos como somos, ¿cómo es que se mantienen ese tipo de relaciones sociales en el tiempo y perduran, pues es evidente que son injustas y producen graves contradicciones y acaban siendo, inevitablemente, relaciones de opresión?

¿Cómo hacen quienes controlan los poderes económicos para que ese orden se mantenga inalterable pese a producir incomprensibles desniveles de miseria o riqueza? ¿Es únicamente a través de la posesión de los medios de producción?

Quienes controlan los medios de producción poseen por tanto en sus manos el poder económico. Y quien controla el poder económico puede manejar a su vez otros aspectos de la sociedad. 

El Estado, aunque quieran hacernos creer lo contrario, no es un elemento neutral. El Estado sirve siempre a quienes sostienen el poder económico. Las Fuerzas Armadas son utilizadas por los gobiernos para reprimir a los trabajadores, siguiendo una justicia desigual según sea para los pobres o para los poderosos. Sirva un ejemplo: si un banco comete una irregularidad habitualmente logra eludir un proceso; pero si un trabajador deja de pagar su hipoteca por un tiempo, la policía se encargará de desahuciarle por la fuerza para proteger los intereses del banco. 
'Intento de desahucio', Premio Nacional de Fotoperiodismo ANIGP-TV 2013. Foto: Chema Moya

Los dueños de los medios de producción, al tener en sus manos el poder económico, tienen en sus manos el Estado con todo su aparato: fuerzas armadas, policía, aparato judicial, funcionarios del Estado, etc. Tienen en sus manos, por tanto, no sólo el poder económico, sino también el poder político.

Además, los dueños de los medios de producción más importantes controlan las radios, los diarios, los canales de televisión, etc, es decir, los medios de comunicación de masas. Y también controlan el contenido de los programas de educación en sus distintos niveles.

Un conocido banco compró todas las portadas de los diarios en enero de este año


A través de éste control de los medios que educan y difunden ideas, engañan al pueblo convenciéndolo de que el sistema de explotación en que viven es bueno, y que si ellos están en malas condiciones no se debe al sistema, sino a defectos de tipo individual: pereza, falta de capacidad intelectual, etc. A este control de los medios de difusión y de educación lo llamamos poder ideológico.



En toda sociedad entendida como modo de producción, señalamos dos niveles fundamentales: el nivel económico y el nivel jurídico-político-ideológico.
De estos dos niveles, el nivel económico es el que desempeña el papel fundamental dentro de la sociedad, es la base sobre la cual se eleva todo el edificio social.
Por ello llamaremos infraestructura a este nivel económico. Al otro nivel, formado por elementos jurídico-políticos (Estado, derecho), e ideológicos (ideas y costumbres sociales), lo llamaremos superestructura.
Por otra parte, como hemos visto, la infraestructura determina a la superestructura. Esto quiere decir que el Estado, las leyes, las ideas que se difunden en una sociedad no son elementos neutrales, al servicio de todos, sino que están al servicio de la infraestructura económica, permitiendo que ésta se reproduzca sin cesar.

dibujo de Stephanie McMillan

Texto basado en Cuadernos de Educación Popular, nº 1, de Marta Harnecker.