martes, 22 de septiembre de 2015

Novedades de septiembre.

Sea por la constante batalla de los sindicatos mayoritarios, sea como señal de la mejoría económica, o por una acción combinada de ambos factores, el Gobierno ha tenido a bien devolvernos a los empleados públicos los días de libre disposición y de antigüedad que nos habían recortado (BOE del 18 del presente mes,adaptación de la normativa en materia de jornada y horarios a la nueva regulación, que entrará en vigor de forma inmediata tras su publicación).

Por tanto, los empleados públicos tendrán de nuevo derecho a disfrutar de 6 días de permiso por asuntos particulares (moscosos). Vuelven también los días adicionales de permiso por asuntos particulares y los días adicionales de vacaciones por antigüedad (canosos). 

El plazo para poder disfrutarlos se amplía hasta el 31 de enero del siguiente año (anteriormente hasta el 15). 

Recordamos además el acuerdo para devolver la segunda cuarta parte, concretamente el 26,23%, de la paga extra de Navidad suspendida en 2012 a los empleados públicos.

El cuerdo muestra la intención de abonarlo en una nómina separada que se espera llegará a los empleados públicos a finales del mes de octubre. Con esta devolución el Gobierno devuelve a los funcionarios la mitad (51,23%) de la paga extra suprimida en 2012 bajo la excusa de la crisis.

A estas noticias deseamos que se sumen otras que echamos en falta -recuperación del poder adquisitivo, tasa de reposición del 100% en una plantilla sobrecargada, eliminación de recortes en nómina por baja médica, recuperación de los derechos laborales perdidos, creación de oferta de empleo- y rogamos a los santos y dioses a quienes nuestros gobernantes se encomiendan para que les iluminen con celeridad en el lapso que resta hasta las cercanas elecciones.





miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿Por qué hablan los medios hoy de "paro registrado" y qué diferencias existen con la EPA que elaboramos los compañeros del INE?




¿Qué diferencias hay entre el dato aportado por el paro registrado y los datos que obtenemos los compañeros que elaboramos la EPA? 

Bien, para empezar sabemos que el paro en España puede medirse mediante la Encuesta de Población Activa (EPA), cuyos datos recogemos a diario de manera continua en las distintas delegaciones del INE y cuyas tablas salen trimestralmente, y mediante el paro registrado, que es la cifra de personas que están inscritas en las oficinas del Sistema Nacional de Empleo (antes INEM).

¿Por qué las cifras que proporciona la EPA y los datos de paro registrado son tan discrepantes?

El paro registrado comprende al conjunto de personas desocupadas que permanecen inscritas en las oficinas públicas de empleo en demanda de trabajo el último día del mes y que no pertenezcan a colectivos excluidos expresamente por una Orden Ministerial de 11 de marzo de 1985 (demandantes que solicitan expresamente un empleo de determinadas características, los que no tienen disponibilidad inmediata para trabajar o beneficiarios de prestaciones por desempleo, entre otros).


El paro de la EPA sigue estrictamente criterios internacionales definidos por la OIT así como la normativa de la UE. La población parada incluida en la EPA comprende a las personas que cumplen simultáneamente los requisitos de no tener empleo por cuenta propia o ajena en la semana anterior a la de la encuesta, buscar empleo en las cuatro semanas anteriores a la entrevista y estar disponible para trabajar en el plazo de las dos semanas siguientes.


Las discrepancias en las cifras de paro de la EPA y el paro registrado se deben a importantes diferencias, tanto metodológicas como de los colectivos considerados:



  • no todos los parados que son considerados como tales por la EPA buscan empleo a través de las oficinas de empleo y, en consecuencia, están inscritos en las mismas. 

  • la exclusión por el Servicio Público de Empleo Estatal de las cifras del paro registrado de determinados colectivos de demandantes de empleo –excluidos por la Orden Ministerial de 11 de marzo de 1985- no ocupados inscritos en oficinas públicas de empleo cuando, por el contrario, si declaran en la EPA que buscan activamente empleo y están disponibles para trabajar en el plazo de dos semanas, se consideran parados en esta última estadística (de hecho lo son).

En definitiva, y obviando más comentarios: 

Según los datos del paro registrado que hemos leído hoy, el número de parados en España en el último mes de agosto es de 4.046.276 personas.  

Según los datos de la EPA en el segundo trimestre de 2015, el número de desempleados era de 5.149.000 personas. 



EL PROCESO DE TRABAJO Y LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN

Aunque pueda parecer que hoy día estos conceptos básicos deberían ser manejados por todos nosotros con fluidez, la observación diaria de lo que ahora llamamos ciudadanía nos hace ver que no viene mal repasarlos de manera sencilla.

Enumeremos para comenzar esta serie unas cuantas ideas que todos conocemos:

- en el proceso de trabajo llamamos materia prima a los objetos que son transformados para llegar a constituir el producto final y medios de trabajo a las cosas que directa o indirectamente nos permiten transformar la metería prima en producto final. 

- Sin materia prima y sin medios de trabajo no puede producirse nada. Por eso los llamaremos medios de producción.

- A la energía gastada durante el proceso de trabajo la llamaremos fuerza de trabajo.

- Por tanto, los elementos fundamentales de todo proceso de trabajo son: la fuerza de trabajo del hombre y los medios de producción.


El trabajador aislado realiza él mismo todo el trabajo y tiene el total dominio o control sobre éste. Esto no ocurre así en la gran industria moderna, donde existe una gran especialización del trabajo, los obreros se dividen en grupos que realizan distintos trabajos parciales que al sumarse unos a otros dan el producto final. 

En todo proceso de trabajo donde existe especialización del trabajo debemos distinguir, por tanto, dos tipos de trabajadores: aquellos que trabajan cumpliendo tareas parciales en la transformación directa de materia prima, por una parte, que nosotros llamaremos trabajadores directos, y aquellos que cumplen funciones de coordinación, vigilancia y control, por otra, que nosotros llamaremos trabajadores no directos.

Lo mismo que los ejércitos militares, el ejército obrero puesto bajo el mando del capital reclama toda una serie de jefes (directores, gerentes) y oficiales (inspectores, capataces, contramaestres), que durante el proceso de trabajo llevan el mando en nombre del capital



¿Por qué, siendo los trabajadores los que arrancan riquezas de la naturaleza y siendo ellos los que producen nuevas riquezas, la mayor parte de estas riquezas van a parar a otras manos: a las manos de un grupo minoritario de la población? 

Porque los medios de producción son las condiciones materiales de toda producción. Sin estos medios no se puede producir. Y debido a esto, los que han logrado acaparar y mantener en sus manos estos medios, pueden obligar a quienes no los poseen a someterse a las condiciones de trabajo que ellos fijen. 

En los sistemas en que los medios de producción están en manos de unos pocos, los dueños de estos medios se apoderan del trabajo ajeno y explotan a los trabajadores; es decir, se establecen relaciones de explotación entre estos grupos.  


Estas relaciones que se establecen entre los hombres, determinadas por la relación de propiedad que estos tienen con los medios de producción, es lo que nosotros llamaremos relaciones sociales de producción.

Mientras los medios de producción estén acaparados por unos pocos, las relaciones entre los hombres que las poseen y quienes no los poseen no podrán dejar de ser relaciones de explotación, de opresión, es decir, relaciones antagónicas, relaciones en que los intereses de un grupo se oponen absolutamente a los intereses del otro grupo. Los intereses de los explotadores son seguir explotando a los trabajadores para poder seguir disfrutando de su situación de privilegiados. Los intereses de los trabajadores están dirigidos a destruir esa situación de explotación. 

Estas relaciones sociales de producción son, por tanto, relaciones que se establecen independientemente de la voluntad o del deseo de los hombres. El capitalista explota y explotará al obrero aunque no quiera hacerlo, aunque luche personalmente contra esa explotación, ya que las leyes del sistema capitalista son inflexibles. Si el capitalista paga salarios muy altos, y si a pesar de ello mantiene los mismos precios para poder vender, lo que ocurre es que disminuye sus ganancias. Pero una parte de ellas debe ser reinvertida en la empresa para poder perfeccionar su tecnología y de esa manera poder competir con sus contrincantes en el mercado. Lo que ocurre, entonces, es que este capitalista va quedando atrás, hasta que llega un momento en que ya no puede competir con los costos más bajos de los otros capitalistas que han mejorado sus industrias, y por tanto quiebra. En el sistema capitalista, por consiguiente, a los trabajadores se les presenta una sola alternativa: o su explotación o la desaparición del papel de explotador que éste desempeña.



Enlaces a fuentes de referencia:
- El Capital, tomo I, El proceso de producción del capital 
http://bibliotecaroja.jimdo.com/cl%C3%A1sicos-del-marxismo/marx-el-capital/
- Cuadernos de Educación Popular, Marta Harnecker
 http://archivo.juventudes.org/marta-harnecker/cuadernos-de-educaci%C3%B3n-popular
- Archivo de la UJCE 
http://archivo.juventudes.org/acercarseacarlosmarx/capital